Barbacoa
El tradicional entierro de la sardina, que marca el fin de los carnavales, es también el inicio de la primavera y el buen tiempo. Estos días las temperaturas suben hasta los 22 grados y salimos a la calle a disfrutar del sol después de un invierno que ha sido sorprendentemente duro. Es en esta época cuando los dueños de casas de campo, chalets adosados y demás, reúnen a familiares y amigos a disfrutar del sol y el buen tiempo alrededor de una siempre apetecible barbacoa. Y es que, de alguna manera, enterrar la sardina también se podría considerar como una cremación… o lo que es lo mismo, colocarla entre las ardientes brasas para luego comérnosla.